guerra civil

Bandera y personas defensoras de la cultura bereber

Organizaciones, sociedad civil y política en Argelia

Pese a que la Primavera Árabe no se vivió con la misma intensidad en Argelia como en Túnez o Egipto, sí tuvo ciertos efectos en la sociedad civil argelina que parece comenzar a organizarse de una forma más dinámica gracias a Internet y las redes sociales. Éstas que sirven como herramienta de difusión y organización de trabajo en red diferente a la tradicional, ya que además puede obviar los controles del gobierno oficial. Esta tendencia parece que se está cristalizando como se puede observar en cada periodo electoral, tal y como sucedió en las elecciones presidenciales de abril de 2014.

Desde las diferentes definiciones que se han realizado de la sociedad civil, la definición de Gerner vendría a reflejar a la sociedad civil argelina. Este la define como a cluster of institutions and associations strong enough to prevent tyranny, but which are, nevertheless, entered freely rather than imposed either by birth or by awesome ritual. (Cavatorta, F. y Elananza, A., 2008) Se desprende de esta definición que la sociedad civil actúa como una herramienta de control hacia el Estado y como un indicador del grado de democratización del Estado. Algo que en los países árabes y en concreto para el caso de Argelia no se cumple. Tal y como señala B. Khader,

<< algunos estados instrumentalizan la consigna de la democracia para preservar mejor, o incluso consolidar, su control sobre la sociedad. De modo, que el proceso de democratización, más que como un instrumento de control de la sociedad sobre el Estado, aparece como una experimentación del Estado sobre la sociedad para controlarla mejor.>> (Khader, B., 2010: 268)

1. Características de las organizaciones de la sociedad civil en Argelia

Si analizamos los datos del Ministerio del Interior argelino, observamos como el número de asociaciones constituidas es elevado, aunque la mayoría perdura muy poco en el tiempo, existen únicamente sobre el papel, de tal forma que organizaciones activas sólo se estiman en torno a un 5%. Los datos del ministerio, actualizados a datos de 2012, reflejan que 1.027 organizaciones de la sociedad civil (OSC) funcionan a escala nacional, mientras que 92. 627 lo hacen a escala local, siendo un total de 93.654 las organizaciones censadas.

La mayoría de estas OSC están censadas en las zonas del norte del país y especialmente en las zonas urbanas, lo que no quiere decir que sean inexistentes en el sur. La mayoría se encuentran en Argel siendo 7.199 OSC en total seguidas con las situadas en zonas del noroeste y la zona de Adrar en el sur con 2.756 OSC censadas. La zona de la Cabilia es una de las más activas asociativamente hablando, ya que en relación a su número de habitantes, la proporción es muy elevada (con seis millones de habitantes reúne un total de 19.388 OSC)5.

Las OSC suelen actuar en sectores en los que el Estado no invierte o lo hace de forma muy débil, por lo que surgen como forma de ofrecer unos servicios que no garantiza el Estado, sin entrar en conflicto o en oposición, ya que es la única forma de poder permanecer activos. La educación y la difusión de la cultura son el principal sector de trabajo de estas asociaciones, pero son las más numerosas a escala nacional las asociaciones de carácter profesional.

Datos número de organizaciones de la sociedad civil existentes en 2012

En la sociedad civil argelina las organizaciones sobre la mujer no son las más representativas ya que es un tema que se ha incluido dentro de otros más generales como la lucha contra el integrismo o por las libertades en un sentido amplio. A escala nacional solo 23 organizaciones se censaron bajo la temática de la defensa de los derechos de la mujer de un total de 1.027. Unas organizaciones que se dividen entre las de reivindicación por la igualdad o en agrupaciones de carácter profesional. Desde el punto de vista estatal, en 2012 se aprobó la Ley Orgánica de 12 de enero para la incorporación de la mujer al sistema representativo y electoral, una medida que en ocasiones está resultando contraproducente ya que se están incorporando mujeres sin trayectoria política debido a la falta de educación y formación en este sentido.

Otras asociaciones mayoritarias son las religiosas islamistas. Estas asociaciones trabajan sobre temas de derechos humanos, pero la mayoría de ellas, trabaja para la reivindicación del recuerdo de las víctimas de la guerra civil debido al silenciamiento que se produjo y se produce sobre este tema en Argelia. Pese la religión oficial del estado argelino es el Islam, lo que ha llevado a cabo el Estado desde su independencia ha sido la instrumentación del islam político. Éste se utilizó en un primer momento como eje sobre el que crear una identidad colectiva frente a los poderes coloniales, y posteriormente, como respuesta a un panarabismo que ya no funcionaba a principios de los años ochenta después de que países como Egipto entraran en crisis y se produjera la desarticulación de la URSS.

Después de la “década negra”, el gobierno argelino recurriría nuevamente a la instrumentalización del Islam realizando algunas concesiones como la reforma del Código de Familia o promoviendo la educación completa en árabe en el sistema educativo entre otras medidas. De esta forma, el gobierno incluiría en el sistema ciertas peticiones venidas de los sectores islamistas sin darles un espacio político real. Una medida que realizarían otros países del mundo árabe, ya que como señala B. Khader, los estados optaron esta medida, por la cooptación selectiva o por la erradicación6.

Las reivindicaciones de las organizaciones religiosas suelen coincidir en dos temas con las organizaciones seculares tal y como señalan Cavatorta, F. y Elananza, A. (2008), la defensa de los derechos humanos en referencia a la víctimas como mencionábamos anteriormente, y por otro lado la competencia respecto al otro por conseguir una mayor influencia social.

Dados los problemas que arrastra la sociedad argelina y tal y como reflejan los datos de OSC existentes en Argelia, la sociedad civil se caracteriza por ser muy joven y con una historia que ha desarticulado sus vínculos sociales, pero también los vínculos respecto al sistema político y sobre todo en relación con el Estado. Su composición social es muy heterogénea, algo que dificulta la colaboración entre grupos sobre todo al establecer proyectos con objetivos muy dispares y concretos.

2. OSC y la legislación argelina

No podemos olvidar el control que ejerce el Estado sobre la sociedad en materia organizativa, ya que el estado de excepción que se impusiera en 1988 no se levantó hasta 2011. Un hecho que legislativamente hablando influye en toda la normativa que se ha ido aprobando en materia de comunicación, información y derecho de asociación que además también se encuentra con barreras legislativas para su financiación. Por ejemplo, la Ley Orgánica 12-06 específica para asociaciones la restricción de la financiación extranjera, establece la obligatoriedad de una autorización administrativa y reduce la cooperación con otras organizaciones extranjeras, además de tener el Estado el derecho de la prohibición y disolución de asociaciones si sus actividades interfieren con los interesas nacionales6, e incluso se puede castigar con cárcel.

La Ley 90-14, regula la burocracia necesaria para constituir la asociación: elaboración de un dossier y la cumplimentación de un resguardo que debe estar cumplimentada por la autoridad, que viene a ser en definitiva, una autorización del Estado. La constitución de una organización pasa por superar todas estas barreras legislativas, además de otras legislaciones que regulan el derecho a la reunión en espacio públicos o la libertad de expresión. Con todo, el Estado trata de legitimar estas medidas con el discurso de securitización de la paz y la estabilidad en su mantenimiento, frente a la posibilidad de retornar a una etapa de conflicto como la vivida en los años noventa. Un discurso instrumentalizado que desanima a muchos en su intento de crear organizaciones, y crea desconfianza hacia aquellos que han logrado crear una asociación.

Los Estados por tanto mantendrían una doble posición respecto a la sociedad civil: por un lado estas cubren esferas sociales que deberían ser responsabilidad de los estados resolver (como las carencias en sanidad, educación o derechos humanos) mientras que por otro lado mantienen un férreo control sobre ellas para para que el carácter asociativo no pueda propagarse para que no pueda articularse de forma completa la sociedad civil.

Todos estos elementos producen una debilidad de estas organizaciones de la sociedad civil que se caracterizan por la falta de capacidad de financiación (dificultando a su vez su perdurabilidad en el tiempo), la falta de organización interna por la inexperiencia, falta de comunicación y falta de determinación de objetivos concretos que no se especifican en un verdadero proyecto asociativo. Por otro lado la dependencia de una figura pública y que suele ser el fundador, no propicia un tejido de dirección asociativo. La falta de dialogo intergeneracional que mantiene al margen a los jóvenes, aumentando más la distancia psicológica en vez de disminuirla.

3. Aspectos positivos de cara al futuro

Pese a todas las dificultades, las OSC también cuentan con algunos aspectos positivos que explican porqué sigue aumentando su número así como la mayor representatividad en las últimas elecciones de 2014. Fundamentalmente, el carácter dinámico de la sociedad civil que pese a que no cuenta con un número elevado de asociaciones, si se continúan creando. Por otro lado, el hecho de que exista un número elevado de asociaciones comunitarias o los comités de barrio, que tal y como señala Cerrezola, su fuerza reside en su arraigo a la microlocalidad y a la capacidad de reforzas los vínculos comunitarios a través del trabajo sobre las necesidades cotidianas de los vecinos. (Álvarez, I., Ketiti, A., Cerrolaza, E. y García-Luengos, J., 2013: 95) Además, estas asociaciones en particular suelen funcionar como mediadores entre la comunidad vecinal y el Estado, a través de las administraciones locales. La diversidad de estas asociaciones es considerada como algo positivo por la autora en la medida que finalmente actúen de una manera complementaria entre ellas y respecto a las carestías del Estado, pero en cambio, autores como Cavatorta, F. y Elananza, A., consideran que esta diversidad favorece la permanencia de los regímenes en el poder sin necesidad de una gran legitimidad.

The lack of coalition building among opposition actors with radically different political projects exacerbates this problem and permits the survival of weak regimes in the face of a strong, but divided civil society. (Cavatorta, F. y Elananza, A., 2008: 16)

Con la expansión del uso de las redes sociales y las herramientas de comunicación que aporta Internet, la sociedad civil argelina está encontrando una forma alternativa de organización que funciona a través del trabajo en red, que elude las rigideces del sistema argelino para establecer una organización tradicional y que además aporta la posibilidad del anonimato para aquellos que quieren manifestarse pero temen hacerlos de una forma directa. Como pasara en las primaveras árabes, Internet y las redes sociales han sido un aspecto clave para que se que produjeran. No han sido el motor, como parecían apuntar los medios de comunicación occidentales, sino que sirvieron de herramienta para difundir mensajes y conectar personas de una forma menos restrictiva.

Estos movimientos han proliferado en Argelia, por un lado gracias a la expansión de las infraestructuras que facilitan el acceso a Internet y por otro lado los procesos electorales, sobre todo en las elecciones presidenciales celebradas el 2010 y en las pasadas de abril de 2014.

Referencias:

Álvarez, I., Ketiti, A., Cerrolaza, E. y García-Luengos, J. ,(2013) Sociedad civil y transiciones en el Norte de África. Egipto, Túnez, Argelia y Marruecos, Icaria, Barcelona

Cavatorta, F y A. Elananza (2008) Political Opposition in Civil Society: An Analysis of the Interactions of Secular and Religious Associations in Algeria and Jordan1, Government and Opposition VOLUME 43, ISSUE 4, P. 564-578 OCTOBER.

Khader, B. (2009) El Mundo Árabe explicado a Europa. Historia, imaginario, cultura, política, economía, geopolítica. Icaria, Barcelona.

Martín, G. (2013) Las revoluciones árabes y el fin de la era poscolonial, Ayer, vol 91 (3), p. 257-271

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LA GUERRA CIVIL EN ARGELIA. EL PAPEL DE LA UNIÓN EUROPEA ANTE EL CONFLICTO INTERNO (IV)

Retomamos este capítulo de la historia reciente de Argelia desde el punto de vista internacional, sobre todo analizando el papel de la Unión Europea y sus órganosdurante este conflicto interno. Esta es la cuarta entrega a la que seguirá la quinta y última entrada dedicada a este proceso.

4. 1995, EL CAMBIO DE LA ESTRATEGIA INTERNACIONALES

El año 1995 será clave para el cambio de dirección en las políticas entre Unión Europea y Argelia. Este cambio vendrá determinado por varios eventos que darán lugar a los inicios de un diálogo bilateral real marcado por las diferencias y por los actos terroristas del GIA.

En primer lugar se firmará el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que indicábamos al finalizar el capítulo anterior. Por otro lado el reinicio de los contactos entre el gobierno argelino y el Consejo de Cooperación CE-Argelia, en el que el consejo afirmaba que se ha congratulado de los progresos realizados por Argelia en el ámbito de las reformas económicas y de los acuerdos celebrados en este contexto por Argelia con las instituciones financieras internacionales (Uruburu, 2010:85), lo que marca el cambio de discurso previo a la firma de la Declaración de Barcelona el 28 de noviembre de 1995, que pese a no tener valor vinculante, sí sentaba las bases de un nuevo marco para el diálogo. Finalmente, la propuesta de elecciones en Argelia, que se estableció para el 16 de noviembre de ese mismo año.

4.1 Declaración de Barcelona de 1995, hacia la política común

La Declaración de Barcelona firmada los días 27 y 28 de noviembre de 1995, giró en torno a tres ejes: colaboración política y de seguridad (definición de un espacio común de paz y estabilidad, colaboración económica y financiera), creación de una zona de prosperidad compartida, colaboración en los ámbitos social, cultural y humano, y desarrollo de los recursos humanos, fomento de la comprensión entre las culturas y de los intercambios entre las sociedades civiles. Ya en la introducción a la declaración podemos observar cuáles serán los objetivos principales:

conscientes de que los nuevos problemas políticos, económicos y sociales en ambas orillas del Mediterráneo constituyen un desafío común que precisa de un enfoque coordinado y global; dispuesto a crear a tal fin, para organizar sus relaciones, un marco multilateral y duradero basado en un espíritu de colaboración que respete las características, valores y peculiaridades de cada uno de los participantes; convencidos de que para alcanzar el objetivo general de hacer de la cuenca mediterránea un ámbito de diálogo, intercambio y cooperación que garantice la paz, la estabilidad y la prosperidad, es preciso consolidar la democracia y el respeto de los derechos humanos, lograr un desarrollo económico y social sostenible y equilibrado, luchar contra la pobreza y fomentar una mayor comprensión entre las diferentes culturas, todos ellos elementos esenciales de la colaboración

Se hace referencia a la intención de una nueva dimensión, con unos problemas que necesitan un enfoque coordinado y global, para lo que se crea un marco multilateral que garantice entre otras cosas la democracia y el respeto de los derechos humanos. Unos términos que no se habían utilizado hasta el momento de una forma explicita, y en una reunión que contará con la participación de representantes de todos los gobiernos del Mediterráneo.

Si analizamos los tres puntos principales de la Declaración de Barcelona veremos algunos objetivos específicos que ratifican este cambio de la Unión Europea. En el primer apartado dedicado a la colaboración política y de seguridad en cuanto a la definición de un espacio común de paz y estabilidad, llama la atención el hincapié que se hace para destacar los puntos que hasta 1995 se había obviado mencionar desde el discurso de la comunidad internacional. Ahora sí se destaca la necesidad de actuar bajo la Carta de Naciones Unidas, respetar los Derechos Humanos, colaborar en cuestión de terrorismo y eso sí, de nuevo abstenerse de intervenir de forma directa o indirecta en asuntos internos de los socios. Esta es la principal contradicción que llega hasta nuestros días, ya que si bien se apela a crear un espacio común de colaboración, ni siquiera en última instancia y ante flagrantes violaciones de los Derechos Humanos se puede decidir una intervención.

Respecto a la colaboración económica y financiera para la creación de una zona de prosperidad compartida, sobre la que no nos vamos a extender ya que, como hemos visto, ha sido la base de las relaciones, destacaremos sobre todo el punto que se refiere a la deuda externa y a los beneficios que ofrece la Unión Europea, como el aumento sustancial de la asistencia financiera a cambio de liberalizar la economía, algo a lo que Argelia ya venía estando acostumbrada.

Finalmente, para el tercer eje de esta Declaración de Barcelona referente a la colaboración en los ámbitos social, cultural y humano, siendo lo más novedoso por un lado, la referencia a crear una cooperación descentralizada incluyendo a la sociedad civil, representantes religiosos y políticos, medios y sindicatos y por otro, el reconocimiento de la importancia de las presiones migratorias y de la necesidad de abordar medidas para reducirlas así como de protección de los derechos de los migrantes. En este apartado se sientan las bases para la cooperación en otro sector que preocupaba especialmente a la comunidad internacional, la posibilidad del aumento de los movimientos migratorios así como la cooperación en materia de terrorismo.

Si bien, es un texto esperanzador que significó la renovación del discurso de la comunidad internacional acerca del enfoque de las ayudas para la colaboración bilateral, dejando en cierta medida el discurso paternalista, así como el asentamiento de unas nuevas bases para el futuro diálogo entre países del Mediterráneo, es cierto que su aplicación fue prácticamente nula por lo menos hasta muy recientemente. Como afirma Ruiz Casuso, se trató de una declaración que iba entre la utopía y la realidad. Por un lado la diplomacia europea recuperaba el “mito mediterráneo” dejando a un lado tópicos regionales por un discurso que abogaba por el diálogo para construir una civilización común pero por otro lado, la mayor parte de las propuestas no pudieron concretizarse entre otros motivos por los diferentes conflictos que han afectado y afectan a Oriente Medio, así como el auge del terrorismo islamista y el miedo al mismo. (Ruiz, 2006) Lo que si podemos afirmar es que la Declaración de Barcelona significó el cambio de discurso de la Unión Europea y el acercamiento entre la Unión y Argelia, retomando un diálogo que sólo se había mantenido en las cuestiones económicas y que se intensificará desde entonces hasta el año 1999.

4.2 Evolución del conflicto hasta 1999

El diálogo entre entidades se mantendría vivo ya que si bien parecía que se había llegado a ciertos acuerdos, el contexto ni mucho menos ayudaba a que se llevara a cabo. Después de la Declaración de Barcelona, se produciría un nuevo desencuentro entre el Parlamento Europeo y la Comisión Europea. El motivo era el resultado del referéndum constitucional que se celebró en noviembre de 1996, por el que se votaba la prohibición de los partidos regionalistas o de carácter religioso así como la consagración del árabe como lengua oficial, pero sobre todo, reforzaba los poderes del presidente. Será el Parlamento Europeo el que declare mediante una resolución que el gobierno de Argelia no estaba buscando realmente un proceso de diálogo, lo que obtuvo respuesta inmediata por parte del Ministro de Asuntos Exteriores que afirmaba que la resolución del Parlamento Europeo incurría en injerencia en los asuntos internos argelinos. Las elecciones se llevarían a cabo en 1997 después de haber dejado fuera del proceso al FIS.

Será entonces cuando se produzcan los atentados durante el Ramadán en los que murieron más de 1.500 personas. Los gobiernos de Alemania o Francia presionaron al Reino Unido, que en aquellos momentos ejercía la presidencia de la Unión Europea, a que tomara una actitud más activa como también hiciera el Parlamento Europeo, que entre otras cosas concedió el premio Sarajov a la periodista Salima Gazali por su defensa de la libertad de prensa. El Consejo de Ministros decidirá enviar una comisión para analizar la situación en Argelia. Después de todas las trabas que se pusieron para que se celebrara la reunión, el viaje se fechó para enero de 1998. El informe que se publicara en septiembre del mismo año no condujo a grandes aclaraciones sobre lo relacionado con la violación de derechos humanos y la legalidad de las elecciones, ya que ni siquiera se aceptó que viajara un representante de Derechos Humanos de la ONU.

El hecho positivo fue que se retomó el diálogo con el gobierno argelino que además solicitó una mayor implicación por parte de la comunidad internacional. Incluso el FIS aprovechará este acercamiento para solicitar la implicación de la ONU en el conflicto, instando incluso al bloqueo de las ayudas que se concedían al gobierno. Para la Comisión Europea y el Consejo de Ministros, la misión de Naciones Unidas fue positiva ya que pocos días después, firmaban un marco para la aplicación del Acuerdo Euromediterráneo (firmado en 1995 y bloqueado desde entonces) y de algunos proyectos del Programa MEDA para la Democracia. En cambio, para ONG´s como Amnistía Internacional o la Propia Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), era necesario continuar el la lucha por el esclarecimiento de la desaparición de las víctimas, como comunicaran a Naciones Unidas en un comunicado conjunto en marzo de 1998.

Esta iniciativa es a todas luces necesaria. Aunque se desconozca las cifras exactas, se valora en 80.000 las personas que han sido asesinadas desde el inicio del conflicto en 1992, y 2.000 en tan sólo los últimos cuatro meses. Hacia finales de diciembre de 1997 y principios de enero de 1998, centenares de hombres, mujeres y niños fueron asesinados a balazos, decapitados, acuchillados a muerte y quemados vivos por grupos de agresores que huyeron de la zona luego de perpetrar estos crímenes. El 30 de diciembre de 1997, unas 300 personas fueron asesinadas en pueblos de la provincia de Relizane, al oeste del país; el 11 de enero, más de 100 personas fueron masacradas en Sidi Hamed, al sur de Argel.  (E/CN.4/1998/NGO/9326 de marzo de 1998)

Ante este panorama, se celebrarían nuevas elecciones en Argelia. Tras el anuncio de que salvo el representante del gobierno en aquel momento, se retiraban todos los representantes de los partidos políticos por considerar el proceso de elecciones ilegal por fraude y por estar totalmente viciadas para la victoria de su representante A. Bouteflika (biografía), finalmente éste sería nombrado presidente de la república con un total de 73´79% de los votos en 1999.

El nuevo presidente dio un giro en su política que pondría fin al conflicto. Por primera vez reconocería en una reunión del foro económico en Suiza, que el número de muertos durante el conflicto ascendía a un número muy superior al que había afirmado el gobierno hasta aquel momento. Afirmaría también que la disolución de las elecciones de 1991 fue un acto ilegal, y además planteaba someter a referéndum un proyecto de ley sobre concordia civil para llegar a una amnistía total o parcial.

Ante estas nuevas políticas, el diálogo entre la comunidad internacional y el gobierno argelino darían un paso más en las negociaciones, que se intensificarán a partir del año 2000, después de la firma de la ratificación de la Ley de Concordia Civil.

La guerra civil en Argelia. El papel de la Unión Europea ante el conflicto interno (III)

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3.3 La comunidad internacional: Parlamento y Comisión Europea y Consejo de Ministros

Tras el Golpe de Estado, la primera acción por parte de las instituciones será la pronunciada por el Parlamento Europeo que dictaba la resolución por la que se establecían los Protocolos Financieros de la Comunidad con Argelia, Jordania, Líbano e Israel, sin apenas tiempo de reacción ante los acontecimientos vividos el 11 de enero en Argelia, por ello se introdujo una petición a la Comisión para que no se aprobara para el caso argelino hasta que no se esclareciera la situación del país.

Mientras que el Parlamento Europeo abogaba por una vigilancia del conflicto argelino sobre todo por la posible violación de Derechos Humanos, el Consejo de Ministros, que seguía una tendencia economicista de apoyo a los socios miembros, no se pronunciaba, dejando esa labor a los diferentes gobiernos, sobre todo al francés que había tomado prácticamente el papel de portavoz. Finalmente, el 24 de enero de 1992 el Consejo de Ministros declaraba la necesidad de que volviese la tranquilidad a Argelia afirmando que mantendrían una postura de vigilancia para posteriormente el 17 de febrero afirmar en una declaración que se velaría por el respeto de los derechos humanos, la tolerancia y el pluralismo.

La aplicación del Cuarto Protocolo todavía estaba congelada ante esta situación. No será hasta el mes de junio cuando el Consejo Europeo de Lisboa apruebe las primeras medidas que llevarían a la reanudación del protocolo. En este consejo se aprobaron como afirma Uruburu las líneas maestras de la Política Exterior de la Comunidad, ante la próxima entrada en vigor del Tratado de la Unión Europea. (Uruburu, 2010:171) Esta medida coincidía con el envío días después, de un grupo del Consejo Europeo de Ministros a Argelia para comprobar si la situación era favorable como para aceptar llevar a cabo el Cuarto Protocolo, pero no fue así ya que en junio el Presidente del Alto Consejo M. Boudiaf fue asesinado. El gobierno argelino por aquel entonces tampoco se mostraba preocupado por la aplicación o no del Cuarto Protocolo, ya que se encontraba en negociaciones con el FMI para la aprobación de un nuevo préstamo, que finalmente no le sería concedido.

La respuesta del gobierno argelino, con B. Abdessalam como nuevo Primer Ministro, romperá todas las negociaciones con el FMI que decidió optar por una economía de autosuficiencia que sólo pudo mantenerse hasta 1993, momento en el que las protestas comenzaron a ser mayores y que coincidiría con la aparición del grupo armado GIA (Groupements Islamiques Armés) que si en un primer momento dirigían sus ataques contra los integrantes del gobierno, al ver que no tenían suficiente apoyo de la sociedad, comenzaron a asesinar de forma indiscriminada a políticos, personas de la administración, periodistas e intelectuales. En septiembre de 1993, el grupo armado comenzó a asesinar a extranjeros que supuestamente ayudaban directamente al régimen.

Ante esta situación B. Abdessalam será sustituido por Rheda Malik, que terminará por negociar con el FMI en 1994. Malik también decidirá retomar el diálogo con la Comisión Europea a la que remitirá una carta solicitando el desbloqueo y la aplicación del acuerdo para la aplicación del Cuarto Protocolo que finalmente sería aprobado en octubre de 1994. Como afirma Uruburu, esto suponía el restablecimiento pleno de la cooperación económica entre la UE y Argelia. Además, la firma de este acuerdo coincidía con el periodo de asesinatos de trabajadores occidentales en Argelia, un hecho sobre el que la comunidad internacional no pudo hacer la vista gorda. R.Malik fue sustituido por A. Zeroual como Presidente del Estado, que tratando de continuar con el inestable proceso de democratización decide, alejándose de la rama militar del FLN, el intento de negociación con los dirigentes del FIS que se encontraban encarcelados. Si bien la Unión Europea recibió muy bien esta noticia como hizo constar en la Declaración de la presidencia el 26 de septiembre de 1994, en el país argelino esta opción no gustó, aumentando la violencia hasta el punto que el propio Zoural un mes más tarde declaraba que su propuesta había fracasado, anunciando la convocación de las próximas elecciones a celebrarse antes del fin de 1995.

Entre los últimos meses de 1994 y el inicio de 1995, se producirá un acercamiento diplomático intenso con el objetivo de estabilizar la situación en Argelia. Curiosamente será una organización católica la que organice en Roma un encuentro con todos los dirigentes de los diferentes partidos políticos argelinos. Salvo representantes del gobierno argelino en funciones, acudieron representantes de todos los grupos que firmaron un acuerdo de colaboración para volver a la situación de las elecciones de 1992 dentro del marco teórico del respeto a los Derechos Humanos. Obviamente, la ausencia de los representantes de gobierno argelino ya auguraba la no aceptación del acuerdo, para lo que alegaron cuestiones internas.

La Comunidad Internacional se vio entonces obligada a pronunciarse, ante la negativa del presidente argelino por un lado, y ante la organización de un acto de estas características por un ente menor. Cuatro días antes a esta resolución, el Consejo de Ministros de la PESC no quiso hacer referencia expresa a la cuestión de la futura celebración de elecciones a finales de 1995. Según Uruburu, este silencio ante tal hecho venía dado por que a finales del 1995 iba a celebrarse la Conferencia de Ministros de Asuntos Exteriores de los países mediterráneos en Barcelona durante el mes de noviembre. El objetivo de esta falta de pronunciamiento sería la de que en aquel momento la Unión Europea pareció querer situar el diálogo político con Argelia dentro de un contexto más amplio, el de la Asociación Euromediterránea. En el momento en el que se firmó el acuerdo se situó a Argelia dentro de un marco multilateral que incluía el establecimiento de un diálogo político que habría de ser desarrollado bilaterlamente a través de Acuerdos de Asociación, estos sí, con contenido jurídicamente vinculante. (Ibid,179) si bien no tenía condición de Declaración política y por tanto no tenía carácter jurídico.

3.4 El FMI. La intermediación de la economía

Como venimos afirmando a lo largo de este trabajo, las relaciones internacionales entre la Unión Europea y Argelia durante la guerra civil de los años 90, estuvieron marcadas por los intereses económicos más que por un interés real de la defensa de los Derechos Humanos o del fin del propio conflicto. En todas las negociaciones estuvieron siempre presentes las relaciones comerciales que mantenían los diferentes países miembros con el país argelino, así como los diferentes acuerdos alcanzados con el FMI, el ente internacional odiado y a la vez necesitado por la política argelina de aquellos momentos.

Desde 1992, momento en el que se produce el Golpe de Estado, hasta 1995 con los Acuerdos de Barcelona, el Fondo Monetario Internacional llevará varios acuerdos comerciales con el gobierno argelino en momentos clave del conflicto.
Durante todo el año 1992 con Boudiaf en la presidencia, los principales acuerdos económicos se llevaron a cabo directamente con gobiernos con los que ya se tenían relaciones previas. El gobierno francés en febrero de 1992 aprobaba un préstamo de 1.5 billones de dólares provenientes del banco Crédit Lyonnais. No es de extrañar ya que Francia era el primer comprador de las exportaciones de Argelia además de tener una comunidad de argelinos muy importante en su territorio. Tras el anuncio de la liberalización del sector del gas, Boudiaf será asesinado. Abdessalam, que como hemos visto quería cerrar todo el contacto con la inversión extranjera, si mantuvo algunos contactos por necesidad económica, recibiendo 1 billón de dólares en créditos a la exportación por parte del gobierno español, un préstamo por parte de España que respondía a sus necesidades del gas argelino y por el miedo a movimientos migratorios hacia España.

El Fondo Monetario Internacional llegará a un acuerdo en mayo de 1994, sobre todo por la insistencia de los países que ya mantenían relaciones con Argelia. El destino del préstamo acordado con el FMI en 1 billón de dólares eran las reformas estructurales en materia económica. Un crédito que se renegociaría en 1995 a 1.8 billones de dólares al año durante un periodo de tres años. Las exigencias del FMI en contrapartida eran claras: liberar la economía argelina mediante la reducción del déficit, la inflación y abrir el mercado interior a la inversión extranjera. En cuestión democrática no se realizó prácticamente ninguna petición por parte del FMI, salvo la transparencia en la actuación del gobierno argelino.

Se podría decir que parte de las peticiones del FMI se llevaron a cabo. Si bien por un lado parte de la liquidez de los créditos se dedicó al aumento de puestos de empleo dentro de la administración (lo que no contribuía a terminar con la burocratización del estado argelino), por otro se firmaron a finales de 1995 varios acuerdos para la inversión extranjera en el sector del gas. Por ejemplo, ya con el gobierno de Zeroual, en diciembre se firmó un acuerdo con BP por 3.5 billones de dólares destinados a la extracción de petróleo.

La guerra civil en Argelia. El papel de la Unión Europea ante el conflicto interno (II)

3. PRIMEROS AÑOS DE GUERRA CIVIL: LA NO POLÍTICA EUROPEA

Las relaciones entre países del Magreb y la Unión Europea comienzan a partir de los años 70, ya que anteriormente las relaciones se establecían entre estados pero no bajo una idea de comunidad, entre otros motivos porque la misma Unión Europea estaba en proceso de formación. Si las relaciones intereuropeas comenzaron a funcionar como una colectividad desde la Política Comercial Común, serán las cuestiones relacionadas con los Derechos Humanos y las libertades políticas las que irán articulando las políticas de la Unión a partir de los años 70 y sobre todo desde los años 80 como una política exterior común.

El primer acuerdo que acercará a la Unión Europea y al continente africano fue el Convenio ACP, en el que se establecían relaciones entre la Unión Europea y países africanos, además de otros caribeños y de la zona del Pacífico. En concreto, en 1978 el Consejo Europeo de Copenhague aprueba la “Declaración sobre la Democracia” por la que se establecían las normas necesarias para crear acuerdos de cooperación entre estados.

Será a partir de los años 90 cuando el sistema internacional europeo sufra una transformación interna para adaptarse a la geopolítica de aquellos momentos. Según Uruburu, será en este momento cuando el sistema regional europeo adquirirá plena consciencia de su papel como promotor de la democracia en el exterior de sus fronteras. (Ibid, 142) A partir de 1993 tras la aprobación del Tratado de Maastricht se establecerá la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) en principio independiente de la Política Comercial Común, aunque como veremos, en el caso de Argelia irán íntimamente ligadas.

3.1Caracterización del conflicto argelino: conflicto interno internacionalizado

El conflicto argelino desde el punto de vista de los conflictos armados y el derecho internacional, fue catalogado como un conflicto armado interno entre el poder ejecutivo y los partidarios de otras organizaciones políticas insurgentes (partidos políticos que habían sido ilegalizados). Desde el derecho internacional, los conflictos armados internos son considerados como:

• Interno. En tanto en cuanto el conflicto se produce entre grupos de un mismo Estado.
• Legales. El derecho internacional no prohíbe las guerras civiles ni los conflictos internos, ya que la prohibición del uso de la fuerza en las relaciones internacionales sólo se aplica para las relaciones entre Estados, es decir en conflictos internacionales.
• Desiguales. Las partes que se enfrentan no parten con el mismo amparo ante la ley, ya que el conflicto se establece entre Estado y rebeldes, mientras que en un conflicto internacional se enfrentan dos sujetos iguales.
• Internacionacionalizados. Esto sucede cuando una o el conjunto de las partes participantes en el conflicto se benefician de las fuerzas armadas de un tercer estado, o de los beneficios en otros sectores.
Las bases del derecho internacional en conflictos internos se asientan en la Carta de Naciones Unidas, firmada en Estados Unidos el 26 junio de 1945, y que entró en vigor el 24 de octubre de ese mismo año. Los principales artículos que afectan a los conflictos internos son el 2.4 y el 2.7. En ellos se establece que:

los Miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas mientras que en el segundo se expone que ninguna disposición de esta Carta autorizará a las Naciones Unidas a intervenir en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados, ni obligará; a los Miembros a someter dichos asuntos a procedimientos de arreglo conforme a la presente Carta; pero este principio no se opone a la aplicación de las medidas coercitivas prescritas en el Capítulo VII.

Las legislaciones internacionales que se aplican para la reglamentación de los conflictos armados internos elaboradas posteriormente a la Carta de Naciones Unidas son varias. La primera de ellas es el artículo 3, común a los Convenios de Ginebra de 1949. Para A. Mangas es la norma mínima aplicable a la generalidad de los conflictos armados internos (Mangas, 1990:67). Según el artículo 3, las situaciones de tensión internas así como los disturbios interiores no son catalogados como conflictos internos, por lo que no se les podría aplicar dicho artículo. El artículo 3 se aplica cuando la parte contendiente que no es el propio Estado, está organizada con un propósito colectivo y cuenta con una organización mínima, sin ser necesario el reconocimiento de beligerancia (si re reconociera la beligerancia se podría aplicar totalmente el Derecho de los Conflictos Armados).

La segunda de las legislaciones aplicables a los conflictos armados es el Protocolo Adicional II del 10 de junio de 1977, enunciado para especificar lo expuesto en el artículo 3. La novedad que introduce es la especificidad de lo que se entiende por conflicto interno para su aplicación del Protocolo II. Según Mangas eran:

• Que se desarrolle en el territorio de una Alta Parte Contratante.
• Que enfrente a sus Fuerzas Armadas con Fuerzas Armadas disidentes o grupos organizados.
• Que estas últimas estén bajo la dirección de un mando responsable.
• Que ejerzan control sobre una parte de dicho territorio
• Que realicen operaciones militares sostenidas y concertadas.
• Que el control sobre las fuerzas armadas disidentes o los grupos armados organizados les permita aplicar el Protocolo Adicional II. (Mangas, 1990:71)

Por otro lado, el Derecho Internacional Humanitario surge en el seno de estas legislaciones con la finalidad de establecer las normas que protejan a las víctimas de los conflictos armados. Como afirma Mangas, es la razón histórica del Derecho Internacional Humanitario, aliviar la suerte de los combatientes, de los heridos, de los enfermos y de los náufragos; la protección de la población civil y de las personas y bienes civiles y también ofrecer una protección a las personas que cuidan espiritual y sanitariamente a las víctimas (Ibid,82)

El punto de vista de Mangas es muy optimista, ya que como afirma en las conclusiones a su obra, tanto los Convenios de Ginebra de 1949, como el Protocolo Adicional II reflejaban el compromiso de los Estados a comportarse en caso de una situación de conflicto armado interno, pero el tiempo y conflictos como el de Argelia nos llevan a pensar de una forma diferente.

3.2 Relaciones Unión Europea-Argelia. Acuerdos previos al Golpe de Estado

Las políticas de actuación de los diferentes órganos de la Unión Europea serán en muchos momentos del conflicto contradictorias entre sí, dado que por un lado se encontraban las actuaciones en política económica y por otro lado las políticas que no querían entrar a gestionar un conflicto interno principalmente por no contradecir a esos organismos económicos europeos. Respecto a la actuación política, las instituciones comunitarias que intervendrán durante el conflicto argelino serán el Consejo de Ministros (que representaba los intereses de los gobiernos de los Estados miembro), la Comisión Europea (que representará el interés comunitario) y el Parlamento Europeo (que representa a los electores europeos). Por otro lado, sobre las políticas comerciales de la Unión Europea, intervendrá la Comunidad Europea, el PESC. Finalmente el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Como hemos visto en el apartado anterior, los intereses económicos en Argelia durante los años 80 eran elevados, de hecho, como afirma Uruburu, hasta la primera mitad de los años 80 la cooperación entre Comunidades Europeas y Argelia había quedado relegada a los aspectos financieros y técnicos, establecidos en el Acuerdo de Asociación de 1978 y a los sucesivos Protocolos financieros que se desarrollaban en aquel texto. (Uruburu, 2010:164) Este era uno de los motivos que explica la porqué la comunidad internacional no actuó cuando debía haberlo hecho ante la situación de violencia del año 1988. Lo que se mostró fue una actitud de espera para ver hacia dónde se dirigía la situación por sus propios medios. Además, se mantenían a la expectativa del ascenso del movimiento islamista al mismo tiempo que no se consideraba viable la acción directa, sobre todo después de la intervención Somalia y las consecuencias de la misma.

La única manifestación que se hará desde las Instituciones Europeas sobre el conflicto argelino será el comunicado que envía la Presidencia Española de la CEE al Parlamento Europeo como respuesta en el turno de preguntas que se estaban siguiendo de cerca los acontecimientos en Argelia y que algunos dirigentes de los países miembros ya habían mostrado sus opiniones al respecto de forma pública, lo que dejaba entrever que de momento, los gobiernos serían los que tratarían directamente la cuestión.

Es en estos momentos cuando, si bien el Parlamento Europeo sí muestra su preocupación en materia de violación de Derechos Humanos así como de la necesidad de un programa de reformas políticas, la Comisión y el Consejo Europeo se centrarán en los avances en materia económica. Una muestra de ello, es que los dos instrumentos que se crearán entre 1990 y 1991 serán en respuesta a estas preocupaciones económicas, por un lado el Cuarto Protocolo de Cooperación financiera y técnica, y por otro lado el Consejo Europeo concedía el 23 de septiembre un préstamo a Argelia para intentar solventar sus problemas económicos, y que seguía la línea de los préstamos firmados por el FMI y el Banco Mundial.

La guerra civil en Argelia. El papel de la Unión Europea ante el conflicto interno (I)

Estrenamos esta semana el Golondrinas 21 una sección dedicada a la historia de Argelia, en muchos momentos compartida con España.

La  «década negra» como se refieren muchos investigadores e investigadores, a la década que ocupó la guerra civil argelina será el primer capítulo que desgranaremos durante algunas semanas con una serie de entradas. Analizaremos este conflicto en relación con la postura que tomaron algunos países de los estados miembro de la Unión Europea, así como la propia Unión.

Fotograma de la película La Batalla de Argel, G. Pontecorvo, 1965.

Fotograma de la película La Batalla de Argel, G. Pontecorvo, 1965.

1. CONTEXTO ARGELINO PREVIO AL GOLPE DE ESTADO DE 1992

Los años ochenta serán los que marcarán el destino del inicio de los noventa con el Golpe de Estado. Una vez alcanzada la independencia de Francia, Argelia optó por una economía de corte socialista similar a la de otros países de Mundo Árabe por aquel entonces. Argelia se encontraba con una economía que se sustentaba en los beneficios de los hidrocarburos, con una agricultura de monocultivo y sin recibir ningún tipo de inversión, además de enfrentarse a problemas como la falta de recursos hídricos y la cuestión de la seguridad alimentaria, ya que la presión demográfica iba en aumento y con perspectivas de seguir la misma línea de crecimiento. Ante esta situación, el presidente Benjedid (recién elegido tras la muerte de Bumedian) opta por llevar a cabo una serie de medidas que intenten solucionar estos problemas como la reestructuración de las empresas (que sufrían un fuerte endeudamiento) o la reducción de la tasa de inversión pública.

Durante estos primeros años, la sociedad argelina se debatirá entre el discurso oficial y las nuevas ideas que plantean los islamistas. El Islam se había proclamado como la religión de la República, por lo que, el descontento con las políticas gubernamentales así como la falta de justicia social dio lugar a que la sociedad se acercara al movimiento islamista que se presentaba como un pensamiento alternativo al oficial, incluso cuando aún no se había establecido como partido político sino que funcionaba como el discurso de los imanes durante los rezos del día.

A partir de 1986 será cuando la tensión aumente entre la sociedad civil y el gobierno debido al endurecimiento de la situación por varios motivos. Por un lado el endurecimiento de las medidas gubernamentales en materia económica, ya que en estos momentos el gobierno busca el crédito exterior, reparte subvenciones a las empresas públicas y reduce las grandes explotaciones agrícolas colectivas, además de reducir el gasto en protección social y en la importación de bienes alimentarios y de equipo. A estas medidas se unen otros dos hechos de carácter internacional que marcarán el curso de la economía argelina: la caída del precio de los hidrocarburos que dio lugar a que las exportaciones cayeran más de un 40% (y con ello el sustento principal de la economía argelina), y por otro lado, la devaluación del Dólar que era la moneda de cotización en los mercados internacionales. Estos dos hechos repercutieron en la economía de forma directa ya que la inflación aumentó hasta el 8´5%, aumento del desempleo pasando del 18% al 22% así como el aumento del precio de los productos alimenticios de primera necesidad. Estos hechos darían lugar a las primeras manifestaciones y revueltas en 1988.

En un primer lugar, el presidente Benjedid comunicó en un discurso televisado que el problema era a causa de los especuladores, pero en los primeros días de octubre se producirá la subida del precio de los materiales escolares, lo que dio lugar a manifestaciones y huelgas en colegios y universidades. Ante el ataque de edificios ministeriales, el gobierno decidió establecer el estado de alerta el 6 de octubre de 1988. Como afirma Frédéric Volpi por primera vez desde el fin de la guerra de independencia, las autoridades civiles quedarán bajo control militar (Volpi, 2003: 40). Un día más tarde las protestas tomarán una nueva dimensión, los líderes islámicos por primera vez organizarán a los fieles en concentraciones después de los rezos. El movimiento islámico demostró entonces ser capaz de organizar a la población y transformar el discurso hacia la política con el objetivo de conseguir concesiones por parte del gobierno.

Ante esta situación, a mediados de mes, Benjedid tuvo que dar marcha atrás en sus políticas restrictivas para buscar otras soluciones que no ahogaran a la población. La primera fue la votación en referéndum para el cargo a la presidencia (al que sólo él se presentó candidato). Esta medida respondía por un lado a resolver ciertos problemas en la división interna del FLN y por otro a intentar debilitar a la oposición, sin buscar en realidad la consecución de la apertura del sistema democrático. Benjadid fue reelegido. Meses después presentó la nueva Constitución que incluía el derecho a la creación de partidos políticos, algo que aprovecharían Abassi Madani y Ali Belhadj que meses más tarde anunciarían la creación del partido político Frente Islámico de salvación (FIS), como brazo político del movimiento religioso islamista. Será en septiembre de 1989 cuando el gobierno reconozca públicamente la legalidad del FIS así como de los partidos bereberes. Como afirma Volpi, desde el momento en el que se aprobó la Constitución en febrero de 1989 hasta las elecciones de junio de 1990 se registraron oficialmente 14 nuevos partidos políticos, mientras que para el mismo periodo, entre las elecciones de junio de 1990 y las elecciones de diciembre de 1991 se crearon 36 nuevos partidos.  Ésta junto a otras medidas políticas tomadas por Benjadid significaron como afirma Bustos, el fin al sistema de partido único, al monopolio comercial del Estado y, en general, a la supremacía de los principios socialistas. (Bustos, 2007: 48) Fue entonces cuando el proceso democratizador en Argelia parecía que tendría un final positivo dado que el ambiente se había calmado y el gobierno daba señales de adaptar el sistema hacia el orden democrático.

En el ámbito económico, las medidas tomadas por Benjadid también supusieron un giro en las políticas económicas tradicionales. Por un lado se buscó la manera de conseguir financiación acudiendo a los países del Mediterráneo pertenecientes a la Comunidad Económica Europea, socios tradicionales como venían siendo España o Francia que eran los principales países compradores de las exportaciones de gas argelinas. En este sentido, ya a finales de 1988 Francia concederá su financiación en forma de créditos, mientras que España en 1989 concedía un préstamo de 380 millones de dólares renovable por dos años más. Por otro lado, el gobierno decide ponerse en contacto con un organismo hasta entonces vetado en sus negociaciones por considerarlo un órgano del imperialismo, el Fondo Monetario Internacional. Argelia había rechazado solicitarles ayuda debido a que las condiciones que imponía el FMI a la hora de conceder créditos exigían al gobierno del país receptor una limitación de la soberanía interna en el sentido de que las políticas internas debían cumplir unas condiciones externas. Como explica Uruburu las opciones del gobierno pasaban, por lo tanto, bien por suspender el pago de la deuda externa, lo que implicaba irrumpir el acceso al crédito internacional, o bien romper con uno de los pilares ideológicos del FLN, como era el de la plena soberanía nacional, frente a las naciones que, precisamente aportaban mayores cuotas y dominaban las instituciones de Bretton Woods. (Uruburu, 2010:49)
Finalmente el 31 de mayo de 1989, Argelia firma un acuerdo por el que recibe un préstamo del 187 millones de dólares para llevar a cabo un programa de reformas económicas, y otro préstamo de 378 millones destinados a la importación de bienes de primera necesidad. Este acuerdo previo fue seguido por otro acuerdo firmado el 3 de junio de 1991, por el que se recibía otro préstamo de 404 millones de dólares, a cambio de que se tomaran medidas para la liberalización del comercio exterior, la depreciación del dinar o la racionalización del sistema fiscal entre otros, lo que en definitiva significaba aceptar las reglas del FMI a costa de endurecer las políticas y costes sociales.

Todas estas reformas económicas, que la mayoría de la sociedad civil no entendía, no tenían reflejo en mejoras de cara a la sociedad, por lo que en las elecciones locales de 1990, el FIS consiguió la victoria en varias de las localidades más representativas de Argelia como Orán, Argel o Constantina, mientras que en las elecciones regionales, el FIS se impuso obteniendo el 57´44% de los votos. La sociedad se encontró por un lado con el gobierno tradicional que no acababa de llevar a cabo políticas que resolvieran los problemas estructurales del país ni siquiera con las relaciones internacionales que se mantenían, mientras que el partido islamista parecía poder desenvolverse y garantizar unos mínimos servicios sociales. Por otro lado, los islamistas comenzaban a mirar al exterior hacia países con gobiernos que pudieran ser aliados en su línea política, algo que comenzó a preocupar a a la comunidad internacional.

El gobierno comenzó a reprimir al FIS en octubre de 1991 de cara a las elecciones parlamentarias que tendrían lugar en diciembre del mismo año. Comenzaría el FLN su represión con la redacción de la Ley Electoral que se publicaba a principios de 1991, elaborada sin ningún tipo de consulta al resto de grupos, una ley que favorecía la permanencia del partido actual en el gobierno, lo que dio lugar a la justificación del FIS para salir a la calle y reclamar a la sociedad civil a que se manifestara ante la anticonstitucionalidad de la Ley Electoral de 1991. Tras tres meses en los que se había declarado el Estado de Sitio, finalmente se llegó a un pacto que permitió que se celebrara la primera vuelta de las elecciones parlamentarias el 26 de diciembre de 1991. El resultado mostrará claramente el castigo que la sociedad impuso al FLN que obtuvo 16 escaños frente a los 188 conseguidos por el FIS. El FLN ante esta situación sólo le quedaban dos opciones, como afirma Uruburu, aceptar el resultado de las elecciones y desarrollar una experiencia de cohabitación en el poder con el FIS , al menos durante los casi dos años que aún restaban a Benjadid en la Presidencia de la República, o bien declarar las elecciones nulas y repetir la situación vivida en 1965, es decir, el Golpe de Estado.

El 11 de enero de 1992, Benjedid será destituido por el Ministro de Defensa Jalid Nizzar produciéndose el Golpe de Estado. Si bien el ejército quiso evitar que se hablara de Golpe de Estado y que pareciese un acto totalmente legal y constitucional. El ejército promulgó que el poder político quedaba en manos del Alto Consejo de Seguridad, compuesto por civiles y que estaba reconocido en el artículo 162 de la Constitución de 1989. Pero éste era un órgano consultivo, no ejecutivo, de manera que las dos decisiones clave que tomó este órgano no eran constitucionales a saber, la anulación de las elecciones legislativas que estaban previstas para el 16 de enero de 1992, así como la creación del Alto Consejo de Estado se encargaría del gobierno temporal. Finalmente, el siguiente paso que daría lugar al levantamiento fue la ilegalización del FIS en febrero de 1992.

Como afirma Uruburu, no sólo se estaba enterrando un proceso político de democratización pionero en el Magreb sino que se estaba abriendo la puerta para una confrontación civil que, a lo largo de casi una década y sin un final definido, provocará mas de cien mil muertos. Un proceso en el que se violarían gran parte de los Derechos Humanos a los que la comunidad internacional no prestaría gran atención ya que se encontraba en esos momentos, pendiente de otros conflictos, en lo que se refiere a la cuestión jurídica y política, ya que en la cuestión económica hemos podido ver como sí estaba atenta a la cuestión sobre todo por sus intereses económicos.

Fuentes:

1. Uruburu, J.M. (2010) Los países del Magreb en las relaciones euromediterráneas. Fénix Editora.
2. Volpi, F. (2003) Islam and democracy. The failure of dialogue in Algeria. Pluto Press, London.

3.Bustos, R. (2007) La política árabe y mediterránea de España. España y la promoción de la gobernanza en Argelia. Revista Cidob d´Afers Internacionals 79-80. Fundación CIDOB, Barcelona.