Migraciones entre China y Argelia: una realidad poco visible

Uno de los efectos paralelos del fenómeno de la globalización de las economías es la movilidad de personal cualificado y así como la movilidad de personas de perfil variado que deciden trasladarse y crear sus propios negocios en aquellos países donde hay oportunidades económicas y acuerdos comerciales entre países que generan un marco legal proclive al intercambio de conocimiento.

Las grandes empresas transnacionales mueven personal por todo el mundo en las diferentes direcciones migratorias, entre ellas las migraciones Sur-Sur. Un ejemplo de ello son las migraciones entre el gigante asiático y Argelia, que sin embargo no reciben mucha atención desde Occidente.

G. Mohan y D. Kale, publicaban en 2007 un artículo en el que analizaban la diáspora china en los países africanos. En este artículo, los autores afirman que:

<< Migration to Africa from China has existed for at least 500 years, but has accelerated in the past 5 years as new business opportunities become apparent. Ethnic business communities are certainly not new to Africa, but the scale and dynamism of the Chinese communities are likely to shape economic, social and political relations on the continent for decades to come. >>

1963 es el año en el que se presentan datos de los primeros ciudadanos chinos establecidos en África, de los cuales destaca Mauritania con 23.266 personas. Para el año 2000 ya existen censados ciudadanos chinos en todos los países que se contemplaban para 1963. En este caso, Sudáfrica registra a 30.000 ciudadanos registrados como estado con un número más elevado, seguido de Argelia con 2.000 y Nigeria con el mismo número5. Pero es en 1850, prácticamente un siglo antes, cuando datan las primeras migraciones de población china hacia África.

G. Mohan y D. Kale afirman que estas movilidades están motivadas por las dinámicas de la economía y la geopolítica. La movilidad china no es resultado del carácter emprendedor de la cultura, sino de los lazos que establecen las relaciones económicas internacionales. Las grandes y medianas empresas contratan su propio personal ya que es una forma de abaratar costes, al mismo tiempo que desciende en número de desempleados registrados en China. La dificultad para determinar el número concreto es la falta de bases de datos ye estadísticas para determinar este flujo en particular y las migraciones en general. A la movilidad ilegal se suman las diferencias entre los países en determinar la residencia oficial, la nacionalidad o la descendencia en un país diferente.

<< Chinese authorities put the total number of workers in Africa at 78,000, although the Xinhua press agency recently estimated there were at least 750,000 Chinese working or living for extended periods on the continent  which would mean that official workers constituted a little over 10%. Hence, we can surmise that the total for the whole diaspora in Africa and its descendants is likely to be at least 500,000, with around 150,000 holding a Chinese passport.>> (G. Mohan y D. Kale, 2007: 9)

Para el caso concreto de la migración china en Argelia, son interesantes los datos que hacen referencia a los visados laborales expedido por el Ministerio de Trabajo de Argelia. P. Fargues, enumeraba en 2013, que el 41% de los permisos se había concedido a ciudadanos chinos, siendo el sector de la construcción (51%) el que más visados laborales a extranjeros agrupaba seguido del sector energético (19%). Como afirma Fargues, the large number of Chinese workers is a result of agreements signed between China and Algeria to implement specific programmes to build housing and manufacture construction materials. (Fargues, P., 2013: 5) En los países de destino, afirman que la integración es baja, tensions exist between Chinese and African populations, some of which build on long-standing difference and others are more recent. (G. Mohan y D. Kale, 2007: 5)

Los discursos negativos giran en torno a la idea de la mala calidad del producto chino, la acusación habitual de competencia desleal por sus precios baratos así como el desacuerdo en las formas laborales de las empresas chinas hacia sus propios trabajadores y los trabajadores africanos. G. Mohan y D. Kale destacan que se trata de hechos económicos que se traducen en diferencias culturales por la población de destino de esas movilidades. 13

Diferente a esta perspectiva es la que señalan Baya Gacemi y Karim Douichi en el artículo Inmigración asiática en el Magreb, publicado en Afkar/Ideas en 2007. En este artículo se hace una revisión a la percepción de la población china en Argelia y Marruecos. Para el caso de Argelia, el discurso sobre todo se refiere a la ciudad de Argel, la capital del país. En el, se refleja la migración de la población china creadora de pequeños comercios en la ciudad, ligada a la expansión de los restaurantes de comida asiática para aumentar posteriormente por los acuerdos económicos entre países. Señalan las declaraciones de Ling Jun consejero de la embajada de la República Popular de China en Argel en 2007 que afirmaba que actualmente hay entre 15.000 y 20.000 residentes chinos en Argelia (eran en torno a 8.000 en 2006) registrados en la embajada. Entre ellos, 15.000 llegaron por intermediación de empresas públicas, en el marco de contratos firmados entre los gobiernos chino y argelino. En ese contexto, están forzosamente obligados a volver a su país, una vez terminado su trabajo. Por lo tanto, no se trata de inmigración en el verdadero sentido del término. (Gacemi, B. y Douichi K., 2007: 33)

Una migración afirman, difícil de estimar ya que muchos de estos inmigrantes deciden contraer matrimonio con ciudadanos argelinos para así continuar en el país, ya que a su llegada han de entregar sus pasaportes a las autoridades competentes. Diferente es el discurso de algunos españoles expatriados en Argelia a los que pudimos entrevistar a lo largo de 2013. De 33 entrevistados, la mayoría afirmaba que los chinos residentes en Orán (la que califican de capital comercial de Argelia), no suelen verse por las calles de la ciudad, salvo en ocasiones muy específicas como la festividad del 1 de Mayo. Afirman que la mayoría trabaja en el sector de la construcción y suelen vivir en las propias inmediaciones de la obra, aludiendo algunos de los entrevistados a las “camas calientes”, refiriéndose a que realizan horarios rotativos en los que comparten cama para el descanso. Un discurso que en el fondo viene a poner el punto de mira sobre la cuestión de los derechos humanos que siempre surge cuando se habla de las relaciones económicas de China y su gestión de los propios trabajadores.

En definitiva, como podemos observar, la migración china no pasa desapercibida entre el sector académico internacional, si bien es cierto que sería interesante poder ampliar el estudio de estas migraciones en Argelia y en el conjunto del Magreb.

 

Bibliografía:

Datos tomados por los autores de las publicaciones de Chang (1968) para 1964 y Sautman (2006) para los datos de 2000.

Fargues, P. (2013), EU Neighbourhood migration report 2013, Migration Policy Center, University, European University Institute.

Gacemi, B. y Douichi K. (2007) Inmigración asiática en el Magreb, Gran Angular, Azkar/ideas, Invierno 2007/2008.

Mohan, G. y Kale, D. (2007) The invisible hand of South-South globalisation: Chinese migrants in África,The Development Policy and Practice Department, The Open University, Milton Keynes, MK7 6AA, UK

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