PATADA A LA ESCALERA: ¿CÓMO CONSEGUIR EL DESARROLLO?

El artículo de H.J Chang, presenta una argumentación que para el ámbito académico quizá no sea novedosa, pero sí lo es para el público general. La idea principal del artículo gira en torno a la “patada en la escalera” o de como los países desarrollados están desvirtuando la historia sobre su ascenso económico, para que los actuales países en desarrollo (según la terminología del autor) no puedan conseguir un ascenso similar y así mantener la hegemonía de grandes potencias. Como afirma textualmente el autor en las conclusiones al artículo, los PHD están dándole en efecto una patada a la escalera por la que subieron hasta arriba, poniendo así la escalera fuera del alcance de los países en desarrollo.

Portada edición inglesa

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Para llegar a esta afirmación, el autor realiza un recorrido sobre la historia económica de las grandes potencias de hoy que en su día fueron países en desarrollo. En ese recorrido, el autor demuestra como todos estos países (Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania, Francia, Suecia, Países Bajos, Suiza y Japón) llegaron a aumentar sus economías mediante políticas económicas proteccionistas y no mediante las prácticas del libre comercio. Según el autor, sólo se consiguió en la historia, un periodo de laissez faire situado entre 1860 y 1880, cuando se redujeron aranceles y se desarrolló el proceso colonial, época de establecimiento de tratados desiguales para los países intervinientes. Además, Chang puntualiza que no fue precisamente Estados Unidos la que realizó estas prácticas, sino todo lo contrario. Mientras que EE.UU en aquellas fechas todavía era catalogada como una pequeña economía, eran países como China, Irán o Turquía los que llevaban a cabo las prácticas librecambistas.

La tesis que Chang defiende queda clara en el resumen que realiza en la pagina 20 del artículo, en la que afirma que casi todos los PHD utilizaron de alguna forma de promoción de la industria naciente cuando estaban en fases iniciales de desarrollo. El Reino Unido y EE.UU, los países supuestamente de la cuna de la política de libre comercio (no Alemania o el Japón que suelen considerarse como ejemplos del activismo estatal) fueron los que usaron protecciones arancelarias de la forma más agresiva. Las principales medidas que utilizaron estos países en sus periodos proteccionistas fueron entre otras, además de la protección arancelaria, las ayudas en modo de subvenciones y rebajas arancelarias a la exportación, diseño de planes de inversión, créditos de programados, creación de instituciones para la cooperación entre sector privado y público, así como la promoción del I+D. Suiza y los Países Bajos fueron la excepción a este modelo, según Chang, porque ellos ya habían conseguido un mayor desarrollo a finales del siglo XVIII, y por tanto, no necesitaban medidas tan fuertes para desarrollar su economía que ya estaba lanzada (aunque Holanda ya había realizado fuertes intervenciones proteccionistas durante el siglo anterior).

El discurso actual de estos países es bien diferente. Si bien el argumento que difunden es que el libre comercio les ha llevado a ocupar el lugar que ocupan, eso contradice totalmente los hechos históricos, como afirma Chang, la ortodoxia actual que aboga por el libre comercio y las políticas industriales de laissez faire estaría en desacuerdo con la experiencia histórica y los países desarrollados que propagan tal visión parecen estar de hecho dando la patada a la escalera que ellos utilizaron para llegar a la posición privilegiada que ahora ocupan.

La situación de los países en vías de desarrollo no es la misma que la de los países en desarrollo en los siglos XVIII y XIX. Chang destaca que unas de las grandes diferencias es la grieta que existe entre la productividad de los países desarrollados y en desarrollo en la actualidad respecto a la de los siglos anteriores. Pese a que la desigualdad es mayor, los países en desarrollo de hoy aplican aranceles mucho menores de lo que deberían si siguieran en modelo de desarrollo proteccionista, seguido por las grandes potencias.

El hecho clave, según Chang es que, elijan lo que elijan los países en desarrollo, deben elegir su forma de desarrollo teniendo el conocimiento histórico real de como lo han hecho otros países, por lo que existe la necesidad de difundir la parte de la historia del capitalismo que se suele obviar. Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, deben contemplar todo tipo de políticas económicas y cambiar sus condiciones para la asistencia financiera, lo mismo sucede, según Chang, con la Organización Mundial del Comercio, así como otros acuerdos, que deberían reelaborarse, para que se adaptan y favorezcan más a las economías interiores. El hecho de que estas economías puedan elegir políticas favorables a su desarrollo favorecerían, como afirma Chang, también a los países desarrollados, pues aumentarían las oportunidades de comercio y de inversión disponibles para los países desarrollados en los países en desarrollo. Pero, la tragedia de nuestro tiempo es que los países desarrollados no son capaces de darse cuenta de esto por la difícil situación que viven muchos de ellos por escasez de recursos, regímenes dictatoriales, o la posesión de «recursos malditos».

Reseña  sobre Chang, H.J Kicking Away the Ladder: Development Strategy in Historical Perspective (Anthem; 2002) ISBN 978-1-84331-027-3

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